El 19 de febrero de 1985 la banda terrorista ETA asesinaba en Madrid a RICARDO TEJERO MAGRO, consejero y director general del Banco Central. En torno a las 9:00 horas dos terroristas se hicieron pasar por policías de la Dirección General de Seguridad para entrar en el garaje de su casa, en la calle Ortega y Gasset del madrileño barrio de Salamanca. Allí redujeron al vigilante del inmueble y al chófer de Ricardo, encerrándolos en un cuarto de aseo. Otros dos terroristas aguardaban en el exterior y un quinto se quedó al volante de un coche, preparado para huir. Los etarras esperaron a que el director del banco descendiera desde el portal por la escalera, y en ese momento le dispararon dos tiros en la nuca que le provocaron la muerte en el acto.
Por el asesinato de Ricardo fue condenado en 1985 Venancio Sebastián Horcajo como cómplice. Trece años más tarde, en 1998, la justicia condenó, como responsable del atentado, a Ignacio Arakama Mendia, alias Macario. En 2002 fue condenado José Luis Urrusolo Sistiaga y, en 2003, María del Rosario Delgado Iriondo, como cómplice. A esta última el Tribunal Supremo le rebajó en 2004 de 26 a 16 años la pena de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional.
Ricardo Tejero Magro, de 58 años, estaba casado con Roser Sala y tenía cinco hijos, dos varones y tres chicas, la menor de 14 años. En el momento de su asesinato era el número dos del Banco Central y el colaborador más próximo a Alfonso Escámez. Catalán, a pesar de haber vivido poco en su comunidad natal, se dedicó al negocio bancario por tradición familiar: su padre fue responsable jurídico y secretario general del Banco Vitalicio de España cuando Ignacio Villalonga era presidente de esta entidad y del Banco Central. Ricardo era hijo de una familia de la burguesía media barcelonesa, con domicilio en la Rambla del Prat, junto al barrio de Gracia. Estudió en los Escolapios de la calle Balmes. Se sentía muy catalán al igual que su mujer, Roser Sala, de familia de empresarios con actividad especialmente orientada a aparatos de laboratorio. La trayectoria de Ricardo Tejero estuvo ligada al Banco Central, salvo en dos momentos de su vida en que dejó temporalmente la entidad para ocupar cargos en la Unión Bancaria Hispano Marroquí y en el Banco de Crédito Industrial. Ya definitivamente de vuelta al Banco Central fue nombrado director general de la entidad y, en 1979, accede al Consejo de Administración. Ricardo Tejero recibió el sobrenombre de Tejero el bueno, con motivo del espectacular asalto a la antigua sede barcelonesa del Banco Central, en la plaza Cataluña, el 23 de mayo de 1981. A media noche, mientras se mantenía la tensión, anunció a sus colaboradores que se trasladaba a Barcelona con Alfonso Escámez. Aquellos comentaron a los periodistas que "Tejero está de camino hacia el banco", ante la sorpresa de todos. Aún se mantenía la confusión sobre los autores del asalto, que se producía poco después del intento de golpe del 23-F. La aclaración de la identidad del banquero le valió el sobrenombre de "el bueno", unido a su primer apellido.
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