El domingo 10 de julio de 2001, la banda terrorista ETA colocaba en el madrileño barrio de Aluche un coche-bomba. Posteriormente, minutos antes de las 20:00 horas, los etarras avisaron de la colocación del mismo mediante llamada telefónica al servicio de urgencia 091 de la Policía Nacional, a la Policía Municipal y a los Bomberos. Se procedió a acordonar la zona y a evacuar parcialmente los edificios colindantes a la calle Ocaña, donde los terroristas habían aparcado el coche cargado de explosivos. Sin embargo, cuarenta y cinco minutos después de recibirse la llamada, el coche-bomba explotó activado por un temporizador, alcanzando de lleno al policía nacional LUIS ORTIZ DE LA ROSA que participaba en el desalojo de la zona y revisaba matrículas intentando localizar el vehículo sospechoso. El agente falleció en el acto al recibir todo el impacto de la onda expansiva.
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martes, 10 de julio de 2001
Luis Ortiz de la Rosa
La explosión provocó, además, heridas de diferente consideración a veinte personas, además de importantes daños materiales en los inmuebles y comercios cercanos. Al menos nueve viviendas resultaron afectadas en su interior y la casi totalidad de las fachadas de los edificios de la calle quedaron destrozadas. Trece personas necesitaron atención médica en el lugar de los hechos y varias de ellas tuvieron que ser trasladadas a diferentes hospitales. Ninguno de ellos resultó herido de gravedad. Según informó el Ministerio del Interior, la rápida actuación de los servicios policiales tras la llamada telefónica evitó una verdadera matanza en el barrio.
El coche-bomba, cargado con 40 kilos de explosivo, había sido estacionado en la calle Ocaña, en uno de los laterales del edificio de la subdirección general de informática del Ministerio de Justicia. El titular de este departamento, Ángel Acebes, indicó que todo hacía sospechar que este edificio era el objetivo de los etarras. En las inmediaciones del edificio hay una parroquia en la que, en el momento de la explosión, se acababa de celebrar misa.
El coche utilizado por los terroristas para el atentado era un Peugeot 205 rojo robado en el mes de marzo en el barrio de Moratalaz en Madrid, barrio en el que el grupo Madrid de ETA robó gran parte de los vehículos utilizados en los atentados de los años anteriores. Los terroristas contaban con una amplia y segura infraestructura en la Comunidad de Madrid, con pisos francos y varios garajes. El hecho de que el vehículo utilizado en el atentado que costó la vida a Luis Ortiz de la Rosa estuviera denunciado desde marzo como robado, dejaba claro que la banda terrorista tenía dónde esconder los coches durante meses con plenas garantías de que no serían descubiertos.
La capilla ardiente del policía asesinado fue instalada de madrugada en la Delegación del Gobierno. A la misma acudió el presidente del Gobierno, José María Aznar, que colocó sobre el ataúd la Medalla de Honor al Mérito Policial concedida a título póstumo. El 11 de julio el féretro con sus restos mortales fue recibido por más de mil personas en la plaza del Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias. La entrada del ataúd en la Iglesia parroquial fue acompañada por fuertes aplausos mientras la Banda de la Policía Nacional interpretaba la marcha fúnebre Piedad.
La Audiencia Nacional condenó en 2004 a sendas penas de 83 años de cárcel a los etarras Ana Belén Egüés Gurruchaga y a Aitor García Aliaga. En septiembre de 2010 fue condenado a 83 años de cárcel, como coautor de este atentado, el etarra Gorka Palacios. Los magistrados consideraron probado que el exdirigente etarra participó, junto a sus compañeros del grupo Madrid de ETA ya condenados, Aitor García y Ana Belén Egües y otras personas "no identificadas" en la elaboración del artefacto explosivo colocado en el coche-bomba, y fue además quien recabó toda la información del lugar para perpetrar el atentado. Fue la primera condena de Palacios en España después de que fuera entregado temporalmente por las autoridades francesas en marzo de 2010. Gorka Palacios fue detenido en 2003 en Francia acusado de ser el jefe militar de la banda armada, por lo que fue juzgado junto al exdirigente Juan Ibon Fernández Iradi, alias Súsper y condenado en noviembre de 2009 a 18 años de prisión por el Tribunal de lo Criminal de París.
Luis Ortiz de la Rosa tenía 33 años. Ese día estaba fuera de servicio, pero se ofreció a ayudar a sus compañeros organizando el perímetro de seguridad. Natural de San Martín de Valdeiglesias (Madrid), donde residía y donde fue enterrado, estaba casado y era padre de una niña de año y medio. Su viuda declaró a El Mundo pocos días después del atentado que hubiese preferido que su marido "hubiese salido en dirección contraria, que hubiese sido un cobarde, pero que estuviera aquí conmigo y con la niña". Ortiz de la Rosa había salido de la Academia de Policía en 1996, de donde pasó a prestar servicio en la Comisaría del distrito Centro. En enero de 2001 fue destinado en la comisaría del madrileño distrito de La Latina, donde desempeñaba su trabajo cuando fue asesinado.
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El sabio siempre quiere aprender, el ignorante siempre quiere enseñar.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.