El 26 de enero de 2001 la banda terrorista ETA asesinaba en San Sebastián, mediante una bomba lapa adosada a los bajos de su coche, a RAMÓN DÍAZ GARCÍA, cocinero de la Comandancia de Marina. Fue la primera víctima mortal de las 15 con las que acabaría ese año. El atentado se produjo en torno a las 7:40 horas en el número 39 de la calle de la Sierra de Aralar, cerca de donde se encuentra la Capitanía General de la 6ª Región, así como viviendas militares.
Según un testigo presencial, la víctima salió de su domicilio y desayunó en el Bar Etxarri, como solía hacer todos los días. Posteriormente, se introdujo en su Ford Orion, dio al contacto y puso la marcha atrás. Justo en ese momento, el coche estalló convirtiéndose en un amasijo de hierros. Ramón Díaz García salió despedido por el techo del vehículo debido a la fortísima explosión y su cuerpo quedó completamente destrozado.
La explosión, que se escuchó en todo el barrio de Loyola, y hasta en barrios a tres kilómetros de distancia, causó heridas de carácter leve a cuatro personas que se encontraban en el lugar, además de considerables daños materiales en los inmuebles y vehículos estacionados en la zona.
Ramón era un hombre popular, muy conocido en el barrio en el que encontró la muerte y vinculado a Comisiones Obreras. Los vecinos lo describen como el "cocinero de toda la vida" de la Comandancia Militar de San Sebastián, "tranquilo, simpático, muy integrado en el barrio y siempre listo para cualquier celebración". Aunque era electricista de formación, desde hacía diecisiete años aceptó un contrato fijo en la Comandancia porque le encantaba la cocina. De hecho, también cocinaba en la Sociedad Loyolatarra y en otros establecimientos cercanos a su casa.
El 10 de enero de 1991 Ramón Díaz salvó la vida de Jose Ignacio Lago, que resultó mutilado por un atentado de ETA en ese mismo barrio de Loyola. Ramón le hizo un torniquete en una pierna que evitó que se desangrase.
No fue la única vez en la historia de ETA en la que la banda atentaba contra un cocinero. El 23 de julio de 1996 hirió gravemente con una bomba lapa al cocinero de origen portugués Albino Alfredo Machado Pires, que había trabajado hasta enero de ese año en la cocina del Cuartel de la Policía Nacional de Aldapeta, en San Sebastián. Machado sufrió gravísimas heridas en ambos pies, y estuvo a punto de sufrir la amputación del izquierdo, aunque los médicos consiguieron salvárselo tras una complicada operación.
Ramón fue una víctima fácil para ETA, pues era un hombre de costumbres: desayunaba casi todos los días en el mismo bar y aparcaba su vehículo cerca de este establecimiento, tanto por las dificultades de aparcamiento cerca de su domicilio como para estar más cerca de la salida a la autovía.
En 2004 la Audiencia Nacional condenó a Patxi Xabier Makazaga Azurmendi a 81 años de prisión mayor por el asesinato de Ramón. Anteriormente, en 2003, se le había condenado, junto a otros cuatro etarras como integrante del grupo Buruntza de ETA, al considerarse probado que esos cinco asesinos habían cometido una veintena de atentados entre julio de 2000 y agosto de 2001. En esos veinte atentados murieron siete personas, entre ellas Ramón Díaz García.
Ramón Díaz García, de 51 años de edad, estaba casado con Pilar Gorostegui y tenía dos hijos, una chica de 24 (que trabajaba en una residencia de ancianos) y un chico de 17 años. Era natural de Salamanca, aunque vivía en el País Vasco desde los once años
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