A la una menos veinte de la madrugada del viernes 9 de marzo de 2001, un coche bomba colocado poco antes por miembros de la banda terrorista ETA, explotaba en Hernani causando la muerte del ertzaina IÑAKI TOTORIKA VEGA.
Una hora antes de que explotara el coche-bomba, un ciudadano llamó desde su domicilio a la Ertzaintza para alertar sobre los altercados que se estaban produciendo en las inmediaciones de la plaza de Zinkoenea. Al llegar los efectivos policiales, una furgoneta y un coche patrulla, ya no había nadie. Sólo un contenedor en llamas y la trampa de un automóvil cruzado en la calle con el maletero cargado de explosivos. Los agentes se acercaron al coche y, después de una primera inspección ocular, avisaron a la grúa para retirarlo. Mientras esperaban, el explosivo fue activado, probablemente con un mando a distancia, alcanzando de lleno a Iñaki Totorika e hiriendo a su compañero, que en ese momento se encontraba hablando por la radio del vehículo patrulla. Este tardó 320 días en restablecerse de la gravedad de las heridas sufridas, pero no pudo volver a desempeñar su trabajo debido a diversas secuelas físicas. Otros ocho agentes se encontraban cerca del coche-bomba, pero no resultaron heridos.
El consejero vasco de Interior, Javier Balza, señaló que este atentado era la muestra de la "clara vinculación entre quienes promueven estas algaradas y ETA, porque se ha aprovechado unos incidentes y unas barricadas para cruzar un coche, y que sea ese coche el que contenga la trampa con los explosivos, para que estallara cuando llegaran allí los ertzainas". También admitió que era difícil concretar esta relación ante un juez.
El sindicato Erne de la Ertzaintza incidió también en esta idea, al mostrarse convencido de que "los que hoy pegan tiros o accionan los mandos de los coches-bomba son los que ayer estaban detrás de las pancartas de Jarrai".
Apenas una hora después del atentado, la Ertzaintza arrestó a dos integrantes del grupo Donosti de ETA directamente implicados en el atentado y, algo después, detuvo a otra persona. La detención de los autores materiales del atentado se produjo como consecuencia de que la Ertzaintza interceptó una llamada que se realizó desde una cabina telefónica poco después del atentado.
El coche utilizado para el atentado había sido robado a punta de pistola tres horas antes, sobre las nueve y media de la noche, cuando su propietario, un hombre de 54 años, se disponía a subirse en él. Dos miembros de ETA le encañonaron y le trasladaron hasta un edificio abandonado, ubicado en el camino de Itsasburu, donde fue amordazado y atado a una verja, tapado con una manta. Cuando aún no había transcurrido una hora desde la explosión del vehículo, sobre la una y media de la madrugada, la DYA recibió la llamada avisando sobre el paradero de este hombre, llamada que fue interceptada por la Policía autónoma.
Agentes de paisano de la Ertzaintza sorprendieron, junto a una cabina de la vecina localidad de Renteria desde la que se efectuó dicha llamada, a los autores del atentado: Jon Zubiaurre, de 20 años y sin antecedentes policiales, y Asier García, de 23 años y fichado por la policía, ya que fue detenido en 1995 acusado de formar parte de un grupo Y de violencia callejera e, incluso, había estado encarcelado durante un mes. Ambos fueron arrestados como presuntos autores materiales del atentado. La Ertzaintza intervino a estos dos primeros detenidos las llaves del coche-bomba que una hora antes había sido activado en el atentado.
Más tarde, la Policía autónoma vasca detuvo en su domicilio de Hernani a Aitor García -hermano de Asier-, que contaba también con antecedentes por violencia callejera, por lo que estuvo encarcelado varios meses en 1998. A partir de las ocho de la mañana, la Ertzaintza registró dos domicilios en la misma localidad de Hernani, uno en San Sebastián y otro en Tolosa. En estas intervenciones los agentes se incautaron de explosivos, bombas-lapa, diversas pistolas y subfusiles, matrículas falsas y numerosa documentación.
Este era el primer atentado mortal que se producía contra la Ertzaintza desde la ruptura de la tregua de ETA. La investigación y juicio posterior determinaron que la activación del explosivo fue realizada por Imanol Miner, y quien había ordenado el atentado, Patxi Xabier Makazaga. Ambos fueron detenidos meses después.
Por sentencia de la Audiencia Nacional del año 2003 fueron condenados a penas cercanas a los cien años Asier García Justo, Jon Zubiaurre Aguirre, Imanol Miner Villanueva y Patxi Xabier Makazaga Azurmendi.
Iñaki Totorika Vega tenía 25 años. Era de Portugalete (Vizcaya). Su novia era también ertzaina. Se autodefinía como nacionalista y pacifista. Había estudiado en la ikastola Gazteleku, como sus dos hermanos. Estaba afiliado al PNV desde los dieciocho años y también pertenecía al sindicato UGT.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.