El 19 de junio de 2009, la banda terrorista ETA asesina en Arrigorriaga (Vizcaya) al inspector de la Policía Nacional EDUARDO ANTONIO PUELLES GARCÍA. Los etarras colocaron una bomba-lapa, con unos dos kilos de explosivo, adosada al depósito de su vehículo. Puelles García fue la primera y única víctima mortal de la banda terrorista en el País Vasco desde que el socialista Patxi López se convirtió en lehendakari en mayo de ese año gracias al apoyo del PP. Por otra parte, era la primera víctima del año 2009, en el que la banda asesinaría a dos personas más: los guardias civiles Carlos Enrique Sáenz de Tejada García y Diego Salvà Lezaún, asesinados en Calviá (Baleares) el 30 de julio.
Pese a su enorme debilidad, la banda podía seguir matando y causando dolor. La captura de los principales líderes y la presión policial habían dañado seriamente las estructuras de ETA. La propia banda terrorista lo había reflejado así en un documento intervenido por la Policía francesa donde decían que "la izquierda abertzale está en crisis" y que "la estrategia político militar está colapsada".
El inspector Eduardo Puelles fue asesinado cuando se dirigía a su puesto de trabajo. Eran aproximadamente las 9:05 de la mañana cuando al introducirse en el vehículo hizo explosión la bomba-lapa. Un testigo presencial relató que Eduardo tuvo aún tiempo de pedir socorro, pero que nadie pudo dárselo por la intensidad de las llamas del incendio que siguió a la explosión.
Dos días después del asesinato, se celebró una manifestación que recorrió las calles de Bilbao. Al final de la misma, la viuda de Eduardo, Francisca Hernández, tomó la palabra para decir que la banda terrorista ETA lo único que ha conseguido "es dejar dos huérfanos y una viuda, no van a conseguir nada más porque gracias a Dios hay mucha gente como mi marido y no van a poder con ellos, cada día van a salir más y más". Después les llamó "asesinos" y exigió a los familiares de los etarras que fueran "pidiendo dinero" para visitarlos en las cárceles porque "no son presos políticos, no, es mentira, son asesinos".
La intervención de la viuda de Puelles fue muy criticada por los nacionalistas. Un miembro de la Ejecutiva del PNV dijo que "no se puede dejar el discurso a la viuda (...) La mujer lo mezcló todo. Hizo referencias muy duras a las familias de los presos. Supongo que estaría sedada a tope. Eso lo tienen que cuidar. Es mejor que las viudas no hablen" (El País, 22/06/2009).
El 1 de marzo de 2011, se detuvo en Vizcaya a cuatro miembros de la banda terrorista ETA. Las Fuerzas de Seguridad creen que tres de ellos son los autores del asesinato de Eduardo Puelles. Concretamente, participaron presuntamente en el asesinato Daniel Pastor Alonso y la pareja formada por Iñigo Zapirain Romano y Beatriz Etxebarria Caballero. A la cuarta arrestada, Lorena López Díez, no se la ha vinculado con el asesinato del inspector de Policía. En el momento de la detención la Guardia Civil ya sospechaba de su participación en el asesinato de Puelles, sospechas que se vieron posteriormente confirmadas tras el examen de la documentación incautada.
Eduardo Puelles García tenía 49 años, estaba casado con Francisca Hernándezy era padre de dos hijos, de 21 y 16 años. Natural de Baracaldo, de padres emigrantes (su padre de Valladolid y su madre de Burgos), era jefe de grupo de la Brigada de Información de Bilbao, entre cuyas tareas está precisamente la lucha antiterrorista. Durante su adolescencia soñaba con ser piloto de aviones de combate, pero la necesidad de contribuir en la economía familiar le llevó a ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía con sólo 22 años. Su hermano Josu, ertzaina, contó a El País que su madre "sufrió mucho porque era el año 1982, una época terrible de atentados diarios. Edu siempre tuvo claro que si entraba en la Policía no sería para quedarse como agente raso".
Antes de incorporarse en 1991 a la comisaría de Bilbao estuvo destinado en Alicante, Irún y Portugalete. En 1997 se incorporó a la Brigada Provincial de Información de Bilbao y en 2002 ascendió al puesto de inspector. En el momento de su asesinato, estaba preparando su ascenso a inspector jefe. Puelles contaba con una impecable hoja de servicios y había recibido treinta y cinco felicitaciones por su profesionalidad. Había intervenido en una decena de operaciones que concluyeron con la detención de más de setenta miembros o colaboradores de la banda terrorista ETA. "Coge el currículo de mi hermano y examínalo. Verás la cantidad de detenciones de terroristas en las que ha participado, con una dedicación que quitaba a la familia en la mayoría de las ocasiones", señalaba Josu Puelles a La Razón (27/06/2009). Para la familia del inspector asesinado, Eduardo "es un héroe, y no una víctima, y como tal ha muerto". "Eduardo era un vasco noble y un español de corazón. Profundamente orgulloso de sus orígenes, supo proyectar su amor a su tierra en los sitios donde estuvo destinado", afirmaban desde el Sindicato Profesional de Policía (SPP) al que estaba afiliado. Sus compañeros de comisaría y de la Policía Nacional tampoco escatimaban en elogios a la hora de recordarle: "Un buen policía, un buen vasco y llevaba a sus espaldas 16 años de experiencia en Información", en la lucha contra el terrorismo.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.