El 13 de agosto de 1986 falleció en el Hospital de Cruces de Baracaldo JOSÉ MIGUEL MOROS PEÑA, a consecuencia de las graves lesiones que le causó la explosión de una bomba, el 27 de junio de 1986, en la empresa Constructora Ugandía donde trabajaba. La empresa estaba subcontratada por Dragados y Construcciones, encargada de realizar el Plan de Saneamiento Integral del Consorcio de Aguas del Gran Bilbao.
José Miguel había resultado herido de gravedad a las 7:50 horas del día 27 de junio, al hacer explosión una bomba colocada en una máquina perforadora, utilizada en las obras de construcción de una depuradora en el término municipal de Portugalete, justamente cuando el joven pretendía poner ésta en funcionamiento. La explosión le causó la amputación del antebrazo izquierdo, además de otras heridas muy graves en la cara. La bomba, cuyo mecanismo de relojería falló, se activó con las vibraciones y el calor originados por la puesta en marcha del motor de la máquina.
La colocación de la bomba fue anunciada por una llamada anónima a la Policía Municipal de Santurce a las 23:45 horas del día anterior, que informó de ello a la Policía Nacional y a la Municipal de Portugalete. Un equipo de desactivación de la Policía Nacional inspeccionó las grúas y retiró paquetes sospechosos sin encontrar ningún artefacto. El jefe superior de Policía de Bilbao informó que los policías de Santurce consideraron que se trataba "de una de tantas falsas alarmas", por lo que no se vio oportuno revisar nuevamente la zona a la luz del día.
De la acción se responsabilizó el grupo Iraultza (Revolución), surgido cinco años antes "como respuesta a la ofensiva represiva e ideológica contra el movimiento de resistencia vasca". En esos años Iraultza reivindicó atentados con explosivos contra numerosas empresas instaladas en el País Vasco, "en una línea de apoyo a las movilizaciones obreras". Además de otras acciones con explosivos contra locales pertenecientes a la Administración estatal, Iraultza había venido atentando en los años anteriores contra empresas y propiedades estadounidenses.
José Miguel Moros Peña, de 18 años de edad, vecino de la localidad vizcaína de Portugalete, llevaba dos meses trabajando en la empresa Constructora Ugandía. Era su primer empleo.
En el año 2002, el Ayuntamiento de Portugalete rindió homenaje tanto a José Miguel Moros Peña como al policía municipal Manuel Ferreira Simois. Durante el homenaje, los padres de José Miguel, Margarita y Julián, colocaron un ramo de flores en el monumento dedicado a las víctimas del terrorismo en el parque de Ellacuría.
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