María Pilar Quesada Araque, de 8 años, estaba jugando con unas amigas en el patio de la casa-cuartel de Vic cuando el comando Barcelona detonó un coche-bomba que la mató en el acto, el 29 de mayo de 1991. En total hubo nueve muertos, cinco menores, y cuarenta y cuatro heridos.
María Pilar Quesada Araque, estudiaba en el colegio del Sagrat Cor, situado a escasos metros de la casa cuartel en la que vivía. Al domingo siguiente iba a recibir la primera comunión. Por ese motivo, la niña había ido minutos antes de la explosión del coche-bomba al colegio para mostrarle a las monjas unas fotografías de estudio que le habían hecho con motivo de la celebración del citado sacramento.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.