Hacia las nueve de la noche del jueves 7 de junio de 1984, la banda terrorista ETA asesinaba en Pamplona al policía nacional DIEGO TORRENTE REVERTE disparándole a quemarropa. La víctima recibió varios impactos en la cintura y en la cabeza, y falleció de modo inmediato. En el lugar de los hechos la Policía encontró varios casquillos de 9 milímetros tipo parabellum.
El atentado se produjo en las inmediaciones del estadio de fútbol El Sadar. El policía nacional estaba fuera de servicio, limpiando su coche, cuando se le acercaron dos etarras con la intención de robarle el vehículo, ignorando que su propietario era un agente de la Policía. Uno de ellos se dispuso a sacar la pistola mientras decía "Somos de...". Diego se dio cuenta de que eran terroristas y creyó que iban a matarle, por lo que no le dejó acabar la frase y se abalanzó sobre sus agresores. Durante el forcejeo uno de los etarras logró darle un empujón, momento que aprovechó el otro para dispararle.
El funeral corpore insepulto, al que asistió el ministro del Interior, José Barrionuevo, y el inspector-jefe de la Policía Nacional, general Félix Alcalá Galiano, se celebró al día siguiente, en la Iglesia de Cizur Mayor. Barrionuevo fue insultado e increpado por los asistentes al acto, que se desarrolló en medio de un ambiente de gran tensión y nerviosismo. Una hermana del agente fallecido llegó incluso a golpearle con su bolso cuando el ministro se acercó a darle el pésame
En su homilía, Florentino Lategui, que ofició el funeral, hizo referencia a que dos de los hijos del policía nacional asesinado iban a realizar la primera comunión el domingo, lo que provocó escenas de gran emoción. "Habéis matado", dijo el sacerdote, "la inocencia de unos chicos maravillosos que creían en un mundo bonito. Quiera Dios que la semilla del odio que en ellos habéis sembrado no fructifique".
Al término de las honras fúnebres, los gritos contra las autoridades volvieron a producirse. El féretro que contenía los restos mortales del policía fue trasladado a Puerto Lumbreras (Murcia), su localidad de nacimiento, para recibir sepultura.
Los autores del asesinato de Diego Torrente pertenecían al grupo Mendaur de ETA. En 1985 la Audiencia Nacional condenó a Enrique Labay Machín a 27 años de cárcel. Al ser condenado por el antiguo Código Penal, redimió penas que le permitieron salir de prisión en 2006, en vez de hacerlo en 2014. Nueve años después, en 1994, la misma sección 2ª condenó a sendas penas de 27 años de prisión a José Ignacio Urdiain Ciriza y a Joaquín Sancho Biurrun.
Diego Torrente Reverte tenía de 30 años. Natural de Puerto Lumbreras (Murcia), estaba casado y tenía tres hijos de corta edad. En 2005 el Ayuntamiento de su localidad natal acordó poner el nombre del agente asesinado a una de las plazas del pueblo.
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.