El 14 de julio de 2001 la banda terrorista ETA acribillaba en Leaburu (Guipúzcoa) con dos ráfagas de subfusil a MIKEL MARÍA URIBE AURKIA, jefe de la Inspección General de Guipúzcoa de la Ertzaintza. Eran aproximadamente las 20:00 horas y el ertzaina estaba aparcando su todoterreno en una calle de la localidad guipuzcoana. Se disponía a cenar con su cuadrilla de amigos en la sociedad gastronómica Zazpi Bide, algo que hacía casi todos los fines de semana. Unas horas antes, Juan José Ibarretxe había leído su discurso en la toma de posesión como presidente del Gobierno autonómico, en el que había dicho, entre otras cosas, que iba a "combatir a ETA con todas las fuerzas". "Dicen los analistas que ETA mata a ertzainas cada vez que quiere advertir de algo al PNV. Horas antes de que la banda matara al ertzaina con dos ráfagas de subfusil, Ibarretxe leía su discurso de toma de posesión del sillón presidencial. Los analistas no saben qué mensaje quiso enviar ETA esta vez al lehendakari" (Crónica de El Mundo, 22/07/2001)
El atentado fue cometido por miembros del grupo Erezuma de ETA y ordenado por el dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote. Siguiendo las instrucciones de Txapote, los etarras Ibon Etxezarreta, Luis María Carrasco y Santiago Vicente Aragón se trasladaron a Leaburu en un vehículo robado previamente. Aguardaron en una explanada detrás del Ayuntamiento a que Patxi Xavier Makazaga les avisara de que el ertzaina estaba llegando a la sociedad gastronómica donde iba a cenar. Etxezarreta condujo el vehículo hasta el todoterreno de Mikel Uribe, facilitando que Aragón lo ametrallara con un subfusil. A continuación, Carrasco se apeó del vehículo y disparó varias veces, vaciando el cargador de su pistola contra el policía malherido. La víctima fue trasladada gravemente herida al Hospital Donostia, donde falleció poco después.
ETA culminaba así una jornada terrible. Si por la mañana eran los miembros del PNV los que transmitían su solidaridad a los del Partido Popular y Unión del Pueblo Navarro, por la noche era el vicepresidente primero y ministro de Interior, Mariano Rajoy, el que telefoneaba a Ibarretxe y a Javier Balza, consejero de Interior del Gobierno vasco, para lamentar el asesinato de Uribe. Juan José Ibarretxe se desplazó al Hospital Donostia en el que falleció el ertzaina y Mariano Rajoy hizo lo propio en Leiza, donde apuntó que los inductores del asesinato se encontraban probablemente en la localidad navarra.
La localidad de Leaburu en la fecha del asesinato de Uribe Aurkia estaba gobernada por Euskal Herritarrok. Al día siguiente del crimen
los vecinos de Leaburu dieron muestras de los efectos del miedo en el Territorio Udalbiltza: ni uno sólo salió a la calle para expresar su rechazo al atentado (...) Un grupo de compañeros de Mikel Uribe, entre los que se encontraba su hermano, también ertzaina, se concentró a mediodía en la plaza del ayuntamiento para repudiar el asesinato. Los policías estuvieron con sus banderas durante quince minutos sin que se les sumara ni un solo vecino. Fueron los propios agentes los que tuvieron que entrar en el ayuntamiento gobernado por Batasuna sin oposición para colocar la ikurriña a media asta y ponerle un crespón negro" (Domínguez, Florencio, Las Raíces del Miedo. Euskadi, una sociedad atemorizada, Aguilar, 2003).
En el mismo libro, Domínguez señala que el "Territorio Udalbiltza" lo forman
una serie de pequeños municipios del centro de Guipúzcoa en los que la presencia de Batasuna es dominante y asfixiante para quienes no comulgan con las imposiciones de esta formación.
En el mismo sentido, Antonio Elorza habla de "una situación que recuerda la de Sicilia bajo la Mafia y también a la Alemania nazi. El imperio de ETA se basa en la generalización del miedo" (El País, 20/07/2001).
En abril de 2004 la Audiencia Nacional condenó a Ibon Etxezarreta Etxaniz, Luis María Carrasco Aseginolaza, Santiago Vicente Aragón y Patxi Xabier Makazaga Azurmendi a sendas penas de 30 años de prisión mayor. En el mismo fallo fue condenada Oskarbi Jauregi Amundarain a 20 años de cárcel en concepto de cómplice del asesinato del ertzaina. La misma sentencia establece que Ainhoa García Montero, entonces presa en Francia, y el fallecido Hodei Galarraga habían colaborado en la grabación de un vídeo del lugar donde tendría lugar el asesinato y de sus alrededores "para facilitar las diversas vías de huida para cometerlo". En 2005 el Tribunal Supremo le rebajó la condena a Oskarbi Jauregi de 20 a 13 años y 6 meses, por no haberse motivado en forma alguna la decisión de imponerle la pena máxima como cómplice "cosa que, de modo evidente, vulnera su derecho a la tutela judicial efectiva".
Mikel María Uribe Aurkia, tenía 44 años y residía con su familia desde cinco años antes de su asesinato en Legorreta, adonde llegaron desde Irún. Estaba casado con Maite y tenía un hijo, Ibai, de 13 años. Era gran aficionado al fútbol y al atletismo. "Vinieron a Legorreta buscando un poco de tranquilidad, eso sí, pero de ahí a que se sintieran amenazados, no sé", dijo tras el asesinato Izaskun Zubeldia concejal de PNV-EA en el Ayuntamiento de Legorreta y amiga de Maite y Mikel. En el mismo reportaje de El Mundo se contaba que Ibai acudió al entierro de su padre con "la boina del ertzaina y una ikurriña que defendió hasta su muerte de manos de aquellos que dicen luchar por la misma tierra y por la misma bandera" (El Mundo, 22/07/2001).
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Es fundamental recordar y honrar a todas las personas que perdieron la vida o resultaron afectadas por los actos violentos perpetrados por ETA. Cada una de estas víctimas merece nuestro respeto y solidaridad.