A la una y cuarto de la tarde del 18 de noviembre de 1990 la banda terrorista ETA hizo explotar una camión-bomba al paso de un convoy policial que regresaba de prestar un servicio de orden público en el campo de fútbol de Santurce (Vizcaya), donde se había celebrado un encuentro de división regional entre el equipo local y el Aragón. El vehículo, una furgoneta Pegaso similar a las que se utilizan para el reparto de bombonas de butano, estaba cargado con cien kilos de amonal y doscientos de metralla y aparcado en un arcén de la carretera cubierto con una lona. El convoy policial circulaba por la carretera que une el barrio de Cabieces con el acceso a la autovía Bilbao-Santander, y el camión-bomba fue activado por control remoto por miembros del grupo Vizcaya de ETA justo cuando el primer vehículo policial tomaba una pequeña curva. La onda expansiva de la bomba afectó de lleno al segundo furgón policial y, pese al blindaje del vehículo, causó la muerte en el acto de los agentes de Policía JOSÉ FRANCISCO HERNÁNDEZ HERRERA y DANIEL LÓPEZ TIZÓN, e hirió de gravedad a otros dos agentes: Isidro Villalibre Torrada y Antonio Suárez Mujía.