El 29 de julio de 1994 la banda terrorista ETA hizo estallar un coche-bomba en Madrid al paso del vehículo en el que viajaba el teniente general del Ejército y director general de Política de Defensa, FRANCISCO VEGUILLAS ELICES, que había sucedido en el puesto al vicealmirante Fausto Escrigas Estrada, asesinado el mismo día nueve años antes. La explosión provocó la muerte casi en el acto del teniente general Veguillas y de su chófer, el conductor civil del Ministerio de Defensa, FRANCISCO JOAQUÍN MARTÍN MOYA, además de la de CÉSAR GARCÍA CONTONENTE, operario de una compañía de danza que se encontraba en esos momentos trabajando en la zona. La onda expansiva reventó a César García y parte de su cuerpo quedó colgando de uno de los balcones próximos. Los responsables del Instituto Anatómico Forense tardaron casi cuatro horas en identificar los tres cadáveres, ya que los cuerpos quedaron totalmente destrozados y carbonizados.