El 19 de febrero de 1987 la banda terrorista ETA mata en Bilbao a MARÍA LUISA SÁNCHEZ ORTEGA. Volvía a casa a eso de las diez y media de la noche después de su jornada de trabajo habitual como limpiadora cuando la alcanzó de lleno la explosión de un artefacto de considerable potencia colocado en un concesionario de Renault de Bilbao. María Luisa quedó gravemente herida: sufrió la amputación de ambas piernas, heridas graves en el pubis, fracturas de costillas y graves quemaduras en la cara que afectaban a los globos oculares. Un coche de la asociación de ayuda en carretera Detente y Ayuda (DYA) recogió a la herida y la trasladó al hospital bilbaíno de Basurto, donde, tras ser intervenida quirúrgicamente, falleció pasada la una de madrugada del 19 de febrero.
Cuatro minutos antes de que hiciese explosión el artefacto se recibió una llamada anónima en la Cruz Roja de Bilbao en la que se decía textualmente: "Soy portavoz de ETA militar. Hemos colocado un petardo en la Renault del muelle de Marzana que hará explosión sobre las once de la noche. Avisar a la policía". El atentado era parte de la campaña etarra contra los intereses franceses en España como consecuencia de la colaboración francesa en materia de lucha antiterrorista. Madrid y Barcelona ya habían sufrido atentados de esa naturaleza.
María Luisa Sánchez Ortega tenía 60 años. Su marido, Antonio Rodríguez, estaba enfermo, y sus dos hijos en el paro. Su trabajo limpiando oficinas era la única fuente de ingresos de la familia. Natural de la localidad vizcaína de Dima, era limpiadora de profesión y trabajaba en la zona donde se produjo el atentado.
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