A las siete y cuarto de la mañana del 10 de febrero de 1997 ETA hizo explotar un Fiat Tipo con cincuenta kilos de amonal en el lateral de la carretera de Armilla (Granada), al paso de una furgoneta camuflada del Ejército del Aire. El vehículo era utilizado por el personal civil y militar que prestaba sus servicios en la base aérea. La explosión provocó la muerte en el acto de DOMINGO PUENTE MARÍN, peluquero de la base, que salió despedido del vehículo.
El furgón, camuflado para disimular su pertenencia al Ejército, realizaba el mismo itinerario desde hacía casi cinco años. Un acelerón del conductor para pasar un semáforo en ámbar evitó una masacre. Sin embargo, la brutalidad de la explosión dejó a otras 17 personas heridas, entre ellas ocho compañeros de Domingo. Dos de ellos quedaron heridos de gravedad: Fernando Orbén Payán, de 43 años (que perdió un ojo), empleado civil de la base, y Miguel Ángel Rabadán, de 40, con traumatismo facial y ocular. Varios bloques de viviendas próximas quedaron muy afectados y tuvieron que ser desalojados ciento veinticinco vecinos.
El resto de los heridos fueron el cabo primero Juan Pedro Laguna, de 24 años, hospitalizado con heridas en las piernas; su compañero de la misma graduación Jorge Arias Fernández, de 22 años y conductor del furgón, que fue dado de alta, al igual que los cuatro vecinos: José Luis Hidalgo Huerta, de 27 años; Jorge Rodríguez Fernández, de 23, y los hermanos José Antonio y María Galán Vera, de 13 y 17 años, respectivamente. Los dos adolescentes, hijos de un militar que también trabajaba en Armilla, sufrieron cortes al caérseles encima las ventanas de su cuarto como consecuencia de la explosión. Hubo otros nueve heridos de menor gravedad.
La Audiencia Nacional condenó en 2001 al etarra José Luis Martín Barrios a 25 años por el asesinato de Domingo y a 11 años por cada uno de los diecisiete delitos de asesinato en grado de tentativa.
Domingo Puente Marín de 51 años, estaba casado y tenía tres hijos de 21, 18 y 15 años. Era del pueblo granadino de Güéjar Sierra. Sus restos mortales fueron trasladados desde la base de Armilla a su pueblo natal, quedando expuestos en el Ayuntamiento hasta las 16:30 horas. A su entierro, esa misma tarde, acudieron todos los vecinos de la localidad. El 12 de febrero se celebró en Granada una multitudinaria manifestación contra el terrorismo que fue convocada por todos los partidos políticos, sindicatos y asociaciones.
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